...equilibrio y armonía...

...equilibrio y armonía...
...madera...fuego...tierra...metal...agua...

Si tienes la paciencia de la tierra, la pureza del agua, y la justicia del viento...entonces ...eres libre...

Paulo Coelho.

25 de febrero de 2011


Área de los Benefactores Este sector tiene que ver con las personas que nos ayudan, que nos benefician. Rige a los maestros, espirituales y de la vida. También tiene que ver con los viajes. Afianza las conexiones personales… fortalece la unión de amigos… aumenta la relación con personas útiles. Simboliza lo que esperamos de los demás…de nuestros amigos.
Es el rincón SUDOESTE de la casa o habitación. Le corresponde el elemento METAL.
Tener en ese rincón elementos representativos de la energía del Metal y de la Tierra, que la favorece. Piedras, cuarzos, objetos de cerámica. Color blanco, gris, plateado, amarillo, ocres, lacres, terrosos. Objetos de forma redonda, cuadrada.
Colocar allí fotografías de las personas que nos ayudan.
La fotografía de nuestros padres puede ser colocada en esta área. Un espejo en ese sector, atrae a las personas beneficiosas. Aumenta la red de amigos. Sonido de un carrillón, de un cuenco, de una campana…otorga poder energizante que alcanza a las personas con quiénes queremos contactarnos. Hacer sonar 9 veces el carrillón o la campana.
Tener la imagen de buda…kuan yin…Tener la imagen del maestro espiritual por el que sentimos afinidad.
Con relación a los viajes, éste es el lugar ideal donde podemos hacer cumplir nuestro deseo. Colocamos en el sector un elemento relacionado con el viaje que queremos hacer…una fotografía del lugar…un objeto representativo…un mapa…los colores simbólicos del sitio…etc. etc… Y, por supuesto, al ubicar el objeto, debemos tener actitud de realización…el pensamiento puesto en aquello que queremos lograr.

Bueno...qué esperamos para comenzar a reubicar los objetos...???...Comencemos ya...!!!!! Suerte...!!!!
arq. Norma Cerasale

P.D.: Un cuento para pensar...
EL MAESTRO SUFI El Maestro sufi contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma... - Maestro – lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado... - Pido perdón por eso. – Se disculpó el maestro – Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno. - Gracias maestro.- respondió halagado el discípulo - Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites? - Sí. Muchas gracias – dijo el discípulo. - ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?... - Me encantaría... Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro... - No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte... - Permíteme que te lo mastique antes de dártelo... - No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! Se quejó, sorprendido el discípulo. El maestro hizo una pausa y dijo: - Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer una fruta masticada.-

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